Capturadas durante los confines de la primavera de 2020, bajo la mirada benévola y traviesa de un fotógrafo de 85 años, las fotos de este álbum dan testimonio de una primavera insólita... Tiendas cerradas (al menos las "no esenciales"...), calles vacías y por fin respirables, donde los pájaros retozan y la naturaleza reclama sus derechos sin el estruendo contaminante del tráfico... Algunos trabajadores para evitar el caos, algunos coches en la calzada...), las calles de París vacías y por fin respirables, donde los pájaros retozan y la naturaleza reclama sus derechos sin el fragor contaminante del tráfico... Unos cuantos trabajadores para evitar el caos, transeúntes despreocupados disfrutando del sol primaveral, enamorados abrazándose, gente con prisa, cargada con su provisión de papel higiénico (¡uno de los grandes misterios del encierro, aún sin resolver!), gente en sus ventanas charlando con sus vecinos y aplaudiendo a los cuidadores cada noche para rendirles homenaje... Los sin techo, más visibles en calles que les devuelven a su soledad, puntuada únicamente por los gestos amables de transeúntes empáticos y por el paso de trabajadores de la caridad... Deportistas, ciclistas, lectores absortos en sus libros, niños redescubriendo, por un momento demasiado breve, el espíritu despreocupado de una libertad recién encontrada...

Cada foto, en un profundo y luminoso blanco y negro, relata esos pequeños momentos de una cotidianidad sin precedentes, en "chispazos de humanidad", comentados con tanto humor como ternura. El reportaje fotográfico de Philippe Enquinn nos devuelve la fe en una humanidad que, si bien es capaz de lo peor, también puede ser capaz de lo mejor: al captar desde su balcón las efusiones de fraternidad que también florecieron en esta extraña primavera, tiende un suave velo sobre la atmósfera de gravedad que pesó sobre todos nosotros durante este periodo tan angustioso. No podría hablar mejor de él que François Morel que escribió el elogioso preámbulo de este libro "testimonial". Sus fotos no reflejan el zeitgeist, sino el aliento del momento, cuando la vida no se resigna a rendirse, cuando el humor se convierte en un acto de valentía, cuando una mirada amable se convierte en la mejor arma para resistir a la melancolía". Gracias, Sr. Enquin, por ofrecernos esta antología de retazos de vida tan conmovedores como esperanzadores para un mundo mejor...